¿Tú sabes cuánto te afecta el enojo?
¿Qué tan malo es estar de malas? Bastante malo. La ira, el coraje y la hostilidad en tu vida no solo afectan tus relaciones personales y ambiente familiar o laboral, sino tu salud.
En gran medida el enojo, al igual que el estrés, impacta negativamente a tu cuerpo debilitando tu sistema inmunológico.
De nuevo, te invito a revisar los efectos o sensaciones que tu cuerpo produce cuando estás pasando por un momento de ira o coraje; tu cara se pone roja, sientes como la sangre sube con fuerza a tu cabeza, tu corazón late aceleradamente y se te hace un nudo en la garganta que te impide expresar claramente lo que en ese momento quisieras decir.
De ninguna manera voy a pedirte que no te enojes, sería imposible, pues todos sabemos que es absolutamente natural y humano el responder de alguna manera a una agresión, ofensa o circunstancia fuera de control. Incluso los expertos señalan que reprimir el enojo es tan dañino como vivir en constante estrés.
Un ejemplo claro son los altos niveles de adrenalina en tu cuerpo en el momento de la ira o coraje, lo cual, afecta de manera importante tu presión sanguínea y por supuesto, tu corazón. Trata de imaginar lo que sucede a tu cuerpo cuando no liberas tu coraje, interpretando las primeras señales que este te envía a través de dolores de cabeza, problemas en tu piel o problemas digestivos.
Serias investigaciones están demostrando la relación directa que existe entre estado de enojo y rencor con la aparición de tumores de cáncer, existen evidencias que demuestra como un hecho, que el coraje o enojo reprimido, son un factor constante en pacientes con esta enfermedad.
La forma de reaccionar ante un enojo es lo que precisamente importa en tu relación con la salud. Toma el control de tu mente, de tus pensamientos, y actúa en consecuencia.
¿Cómo?
Primero que nada reconoce tu enojo, no lo evadas o intentes aparentar que nada ha sucedido, incluso dítelo a ti misma, ¡estoy enojada!, ¡estoy furiosa!, aunque no lo creas esto te hará sentir en más control de la situación, reconoce tu sentimiento, después aléjate de la situación o persona por unos cuantos minutos, si es posible acude a un baño o lugar donde puedas lavarte la cara y llevar a cabo unas cuantas respiraciones profundas.
Inténtalo, no menosprecies el valor que esto tiene para retomar el control y energía que necesitas ante este tipo de situaciones y sobre todo la protección que con esta pequeña acción provees a la salud de tu cuerpo.
Te prometo, suena simple, pero funciona, si sientes que vas a explotar empieza a inhalar profundo por tu nariz y exhala con fuerza por tu boca 2 o 3 veces, y si, puedo imaginarme lo que estas pensando, cuenta hasta diez antes de decir o hacer cualquier cosa, créeme, esto funciona.
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Con Cariño y respeto
atte
Amiga Mia