El tiempo es uno de los más valiosos recursos no renovables con que la humanidad cuenta, y al que frecuentemente olvidamos darle la importancia que merece.
Cuando tienes un bebé, un sin número de personas te dice que lo goces tanto como puedas porque el tiempo pasará volando y no volverás a vivir un momento así. Sin embargo, tú te la pasas deseando verlo crecer, caminar, ansiosa porque le salgan los dientes y por si fuera poco, cuando a penas cumple un año, ya estas deseando verlo graduado en alguna carrera universitaria.
Cuando tienes un bebé, un sin número de personas te dice que lo goces tanto como puedas porque el tiempo pasará volando y no volverás a vivir un momento así. Sin embargo, tú te la pasas deseando verlo crecer, caminar, ansiosa porque le salgan los dientes y por si fuera poco, cuando a penas cumple un año, ya estas deseando verlo graduado en alguna carrera universitaria.
Siempre estamos muy ocupados con la ilusión de que encontraremos tiempo para todo, y dice esta experiencia compartida por tantos, no paramos de llenar nuestro día, nuestra semana, nuestro mes y año, con una actividad tras otra, suponiendo que vivimos, y lo que realmente estamos haciendo es, dejar de vivir, dejar de vivir las cosas fundamentales de la vida, como el saborear una comida casera en compañía de nuestros seres queridos, en lugar de comer frente a la televisión porque no tenemos tiempo de poner la mesa y mucho menos de esperar a los otros, preferimos dejar que los niños se hipnotizen en la televisión o sus juegos electrónicos, en lugar de compartir una tarde con ellos, en la cual dediquemos tiempo a conversar, jugar o leer juntos.
Reserva un tiempo para tu persona, tiempo para tus reflexiones, para ejercitarte, para atender los mensajes que tu cuerpo y alma te están enviando en busca del balance, recuerda que los sentimientos más comunes de una vida demasiado ocupada son, la ansiedad, el miedo, la tristeza y el enojo.
Intenta ubicar entre tus prioridades la atención a tu alma, así como a la de tus seres queridos. Unos minutos de silencio o una pequeña caminata a solas durante el día te ayudarán a mirar hacia adentro y estar presente en tus sentimientos.
Siéntate un momento y, en silencio, escucha lo que tu corazón tiene que decirte. Siempre te dará el mejor consejo.
Reserva un tiempo para tu persona, tiempo para tus reflexiones, para ejercitarte, para atender los mensajes que tu cuerpo y alma te están enviando en busca del balance, recuerda que los sentimientos más comunes de una vida demasiado ocupada son, la ansiedad, el miedo, la tristeza y el enojo.
Intenta ubicar entre tus prioridades la atención a tu alma, así como a la de tus seres queridos. Unos minutos de silencio o una pequeña caminata a solas durante el día te ayudarán a mirar hacia adentro y estar presente en tus sentimientos.
Siéntate un momento y, en silencio, escucha lo que tu corazón tiene que decirte. Siempre te dará el mejor consejo.